lunes, 27 de octubre de 2008

Hinchada de fútbol y sus relaciones significativas

La temática sobre la cual decidí enfocarme, sin cerrarme, para esta propuesta relacionaría a una Hinchada de fútbol y sus reacciones significativas.

Dicho recorte lo estoy “utilizando” al mismo tiempo en el desarrollo de la propuesta monográfica correspondiente al Área de Psicoanálisis; por lo cual quizás esgrima conceptos de dicha corriente.

Escogí dicha temática debido a la riqueza de infinitas presentaciones dentro de dicha afición, que acarrea múltiples significaciones sociales complejamente entremezcladas. Acompañado esto de la gran relevancia que se le esta dando en la actualidad y desde hace ya unos años a la hinchada como factor importante y en ocasiones considerado “determinante y decisivo” en el transcurrir de los encuentros deportivos.

Noto oportuno mencionar que mi trabajo será basado en experiencias personales vividas al compartir los encuentros con la hinchada del Club Atlético Peñarol, lo que es influyente aunque creo que se podría ir un tanto más allá y verlo porque no, como aspectos que se comparten de cierto modo en muchas de las hinchadas.

Hinchada de fútbol como lugar específico histórico-actual, presentando distintas conceptualizaciones y motivaciones que existen dentro de sus diversos sectores e individuos particulares; tomando elementos de una manifestación observable al compartir dicho escenario y días con muchos pares.

Desde mi mirada le atribuyo gran influencia al factor social en la construcción del sujeto psíquico nutrido de una determinada historia y actualidad. Dicho factor otorga una nueva valoración influenciada por una cultura de masas constructora de cierta moral impulsora de valores determinantes en la subjetividad de los sujetos. Pero esta práctica social no es “autónoma” ya que es generada dentro de estructuras definidas de relaciones sociales y situaciones particulares.

Enrique Pichon Riviere menciona como característico de la acción vincular la bi-corporalidad y tri-personalidad, dos cuerpos con sus respectivas subjetividades y una tercer persona, el “ruido” circundante que participa activamente en la tarea de decodificar finalmente de forma individual lo que recibimos; teniendo en cuenta también que toda relación sujeto objeto es bi-direccional. Somos concientes de las pautas y normas sociales, pero mucha veces no somos concientes de modelos, pautas y prohibiciones “internalizadas” mediante las cuales la sociedad se hace presente en nosotros. Las mismas se dan mediante diversos mecanismos de control e integración social; considerando al individuo como una resultante dinámica del constante interjuego entre los objetos internos y externos.

Las hinchadas se reúnen con el fin de ver y/o alentar a sus respectivos equipos mientras sus “representantes” disputan una competencia deportiva. Representantes implica una amplia gama de oportunidades con respecto a lo significante de dicho signo. Se pueden apreciar el representante “Camiseta”, “Jugadores”, “Institución”, “Historia”, “Hinchada”, e innumerables oportunidades más; tantas como representaciones sociales de la práctica y no la practica en sí. Comparten una moral acogedora en un punto común para todas las partes, sea cual sea su interpretación.

En el interior del grupo los movimientos son de fidelidad al líder, adhesión al grupo e inclusive pérdida de la propia identidad que es “tomada” por la del grupo, acatar el ritual del encuentro, esgrimir agresión para con los rivales de turno, y porque no falta de sentido critico; lo que puede derivar en la sumisión autoritaria a las jerarquías establecidas y a los valores allí prescriptos.

El grupo “Hinchada” brinda a sus miembros la posibilidad de adjudicación de roles, desde el comienzo, el de “Hincha”, que luego podrá ir “especificando” en el interior de la misma. De esta manera podría enunciar que la hinchada aporta una identidad al individuo, la cual trae consigo un conjunto ya predeterminado de normas, valoraciones, razones de pensar y actuar, emociones y sensaciones.

Dichos grupos son compuestos a su ves por miembros con ideologías muy diferentes, de distintos ámbitos sociales y estilos de vida, pero el vínculo interno de dicho grupo es el equipo.

Existe una rivalidad para con todo equipo ajeno al propio, rivalidad que incluye una relación sujeto-objeto, sujeto-sujeto, lo que deriva según la significación que le asigne al rival de la fecha; significación sumamente influenciada por el medio circundante y el ambiente generado allí, donde “no se salva nadie”; e influenciado transferencialmente por figuras paternas y estar posicionados quizás como sustitutos paternos o de primaria vinculación (sea por toma de posición “positiva o negativa” de dicha presentación inicial).

Cabe el ejemplo de las canciones hacia sus equipos, que muchas veces no lo es así sino que se orientan principalmente a la existencia de sus rivales, haciendo alusión a aconteceres históricos de supuesta relevancia y significados.

Pero la rivalidad no se manifiesta únicamente contra el adversario sino que también existe intragupalmente, con le periodismo, políticas institucionales, etc. Cabe destacar ya que es mencionado, el mundo periodístico e informativo sobre aconteceres en las hinchadas y valoraciones determinantes y tajantes.

Incluyendo de este modo un más allá del evento deportivo, marcando un modo de subjetividad con un gran factor en común y diversas ramificaciones interpretativas del nombre y significado de su equipo.

La personalidad se forma y diferencia por medio de una serie de identificaciones. Estas son un proceso psicológico mediante las cuales el sujeto asimila una propiedad del otro y la aplica a si total o parcialmente sobre su modelo ya existente; construcción del sistema de ideales. Dependiendo quizás de estas identificaciones el sujeto adoptara tales o cuales opciones frente a situaciones planteadas. Lo que inducirá una alineación del individuo, eligiendo a veces con lo que uno desea alienar, y en otras oportunidades no depende de la elección propia.

Noto pertinente partir de la actualidad, de las diversas orientaciones valorativas a las que son sometidas las diversas partes participantes. Las relaciones entre personas, grupos organizados son formadores de las estructuras fundantes de las sociedades. Esto lleva a que las prácticas simbólicas más “valoradas” son aquellas que logran permanecer más tiempo que la vida individual.

En el caso especifico de las hinchadas de futbol, es apreciable la apropiación de valores “viriles”, como un estilo marcado de por si como masculino violento donde esta presente la agresividad, lo que también incluye el malestar producido por el intento de control por parte de ajenos a la propia hinchada; gran sentimiento de pertenencia y apropiación al grupo y suma importancia al valor físico de cada sujeto. Así, es como quizás se pueda comprender dentro de esta red de significantes los actos de violencia sucedidos cotidianamente. Esta violencia muchas veces no persigue objetivos fuera de si, el principal fin es en si la producción de violencia, como acto valorativo para el historial de dicha hinchada. Quizás como forma de demostrar su superioridad, su dominio frente al rival dentro del mencionado código normativo.

Continuando en esta línea, podemos observar a la masculinidad (entendida como persona masculina a la figura violenta, dominante, etc.) como un objeto estructurante de dicha formación; lo que me hace pensar en los registros culturales de género.

El género brinda una forma de ordenamiento social, en el cual la vida cotidiana se encuentra organizada circundante al aspecto reproductivo.

Creo que, aunque estamos en periodo de cambio, las raíces actuales se encuentran prendidas a la base de una sociedad patriarcal, donde se definen roles para hombre y mujeres al tiempo que se incluyen mecanismos de sociabilización que determinan el posible rango de vivencias posibles que, mas adelante, serán las constructoras de la personalidad y comportamiento social esperado al previo establecimiento de los roles, y porque no con la idea de superioridad e inferioridad. Esto también incluye la presencia de una figura referente, la cual impondrá y adjudicara esos roles. Figura que es valorada como importante y bueno serlo, de vital importancia para el desarrollo de la vida.

En la cotidiana del futbol, son muy comunes los insultos que apuntan a la feminización del adversario, tratándolo como homosexual como forma insulto, cobardía, etc. Marcando una evidente diferenciación entre identidades sociales. Se trata de plantear un juego de “bueno y malo”, “lindo y feo”, “mejor y peor”, “ganador, vencedor”, “inferior, superior”; y porque no “dominio, sometimiento”. La reafirmación de la identidad quizás se vea en la reafirmación del propio estado de la misma hinchada y también de la situación de supuesta inferioridad mediante la humillación y descalificación de sus logros.

En el caso de las hinchadas de futbol, esto quizás lo podamos observar en el incesante intento de cada una de ellas por dejar en claro quien es superior a quien. Esto sucede de incontables formas, pancartas, banderas, cánticos, folletería, hasta los más impensados artilugios de cotillón, etc. A lo largo del tiempo estas situaciones son más habituales, las canciones se alargan y cada vez más cargadas afectivamente (ya sea amor u odio, tristeza o alegría). Constitución discursiva en los cuales elementos se repiten una y otra vez llegando a una homogenización de la producción, por más que provenga de diferentes hinchadas.

Primeramente, es observable la utilización de la primera persona del singular (yo) colabora a la construcción de una fuerte identidad. De esta forma, se lleva a los concurrentes a una participación e integración, (ya mediante el solo cantar) de modo “alejado” por lo menos, de participación para con la hinchada.

El uso del pronombre personal de la primera persona del plural (nosotros), da la certeza de la numerosidad, lo que vuelve a reforzar su sensación de grupo y distribución del grupo. A su vez sirve para diferenciarse del resto de las hinchadas enemigas.

Luego, podemos encontrar también las canciones y dedicatorias con presencia del uso de tercera persona. Aquí a mi entender lo que se intenta de hacer es narrar experiencias anteriores sucedidas en relación a sus adversarios o logros un tanto “bizarros”.

Taller Tercer Ciclo

Ramiro Rodríguez

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