lunes, 1 de septiembre de 2008

Enigma Lacan

Mi interés por investigar la teoría lacaniana comenzó como un enigma ya que no tenía información previa, me encontré con un personaje pintoresco hasta diría payasesco que habla en difícil.

Pero lo que mas me llamó la atención fue la reacción que genera en las personas, en algunos casos es de rechazo en otros respeto y admiración, pero casi nunca indiferencia generando como una ilusión de que en su teoría hay una verdad oculta que hay que descifrar.

Probablemente esta suma de un lenguaje difícil, un personaje extravagante, y la posibilidad de dar respuestas a los misterios del inconciente son condimentos que nos dificultan y muchas veces falsean su lectura.

Introducirme en su teoría me planteó la interrogante sobre el concepto de verdad, concepto por demás complejo que espero en alguna oportunidad poder abordar desde alguna de sus múltiples dimensiones.

Desde su mirada Lacan aporta un concepto de verdad que parte del inconciente y que da la posibilidad al sujeto de reconstruir su historia a través del discurso. Es una verdad propia de cada sujeto que se encuentra en el reconocimiento del deseo.

Lacan fue un psiquiatra francés nacido en 1901. Su tesis doctoral se basó en el estudio de la paranoia, patología que se caracteriza por la búsqueda de la verdad. En su teoría plantea que cuando la rivalidad primitiva de los sujetos no se asume de forma simbólica, ésta aparece afuera, en la persona del perseguidor. Retorna como pasaje al acto criminal tal como en el caso Aimée, no como una agresión al otro sino como una reacción defensiva a una intrusión invasora de la imagen del objeto amado, como un autocastigo.
En la base de esta psicosis encuentra el destino de la pulsión agresiva.

Entre sus aportes mas importantes a la noción de sujeto se encuentra el Estadio del Espejo como formador del yo.

Una imagen es un reflejo, sin embargo la relación del ser humano que tiene con la imagen de su propio cuerpo no es tan simple, ya que es en esta imagen donde halla por primera vez una visión unifica de si.

Con la mirada captamos el objeto, es a través de la imagen del cuerpo del otro que anticipo mi propio dominio y totalizo mi imagen especular: allí esta el origen de la satisfacción narcisista del yo.
Lo que importa no es solo el niño como vidente sino de saberse objeto de la mirada del otro.

Entre el sujeto y el Otro adviene la castración como falta fálica: reconocimiento de lo imposible de dominar, el punto en el Otro desde donde aquello que el sujeto da a ver es mirado.


El inconciente

Ser hombre o mujer no solo se constituye por lo biológico, sino por su existencia en el lenguaje, por lo tanto el inconciente es el discurso del Otro.
El Otro me interesa no es solo por su capacidad de satisfacer mis necesidades para vivir y sobrevivir sino para saber que le falta y cual es su deseo.

En el lenguaje nace la interrogante sobre el deseo del Otro. Nos planteamos: ¿que quiere el otro al decirme esto?
En ese nivel, el de aquello que le falta, soy interrogante, porque no hay para mi otra vuelta para encontrar lo que me falta como causa de mi deseo.

Lacan formula así que el deseo del sujeto es el deseo del Otro.

Al entrar en la cadena de significantes no llego nunca a término, choco con el límite del lenguaje: no hay en él la última palabra que de respuesta a mi demanda.
¿Qué es de la falta del Otro para que pueda encontrar allí mi lugar, mi ser, mi amor?
El enigma del deseo del Otro permanece porque hay demasiadas palabras que giran alrededor y falta aquella que lo diría.

¿Que introduce el inconciente por sus formaciones?

El inconciente no es estructurado por un lenguaje sino como un lenguaje, trabajando como letra, como los conjuntos en la teoría de conjuntos.
Introduce en primer lugar no el sentido sino un tropiezo, una ruptura que hace no-sentido.
Donde patina la elaboración que es la secuencia de los pensamientos del sueño, ahí debe ocupar su lugar la interpretación (agujero del orden simbólico).

La historia del sujeto se encuentra ligada a imposibilidades que hacen que ciertas partes de la imagen del yo no sean vistas porque no fueron reconocidas y eso es el inconciente para Lacan.
En el lugar de ese agujero especifico se coloca el objeto a, causa del deseo.

El proceso analítico

Lacan define la experiencia analítica como un proceso donde se reconstruye la imagen, lo cual se produce dirigiendo la paranoia presente en la estructura del sujeto en la imagen del psicoanalista de modo que los aspectos ignorados por el sujeto sean progresivamente proyectados en el analista y devueltos como nominación de su origen histórico.
La apuesta esta dada por el reconocimiento del deseo por la nominación, en tanto que el deseo del sujeto es el deseo del otro lo que supone entonces la integración del sujeto en su sistema simbólico y no en el del analista.

La dificultad concreta del psicoanálisis radica en la oposición entre el lenguaje y la palabra.
El sujeto esta separado de los Otros por el muro del lenguaje Lacan inventa la noción de palabra plena, para de esta forma poder franquear el muro del lenguaje.

El psicoanálisis es la posibilidad ofrecida a un sujeto de liberar una palabra congelada en el síntoma y dejar hablar al inconciente de sus formaciones, hacer advenir al ser a través de esa estructura que es el lenguaje.

El proceso analítico es simbólico, es que el no-ser llegue a ser porque ha hablado.
Allí donde hubo un mal entendido que advenga un bien entendido.

Lacan presenta el fin del análisis como obra de acabamiento simbólico enseñando al sujeto a reconocer como su inconciente a su historia (historizacón actual de los hechos que determinaron ya en su existencia).

El sujeto asume el límite mismo de su historicidad, límite en cada instante presente en lo que esa historia tiene de acabada.

No se trata de la desaparición del síntoma sino de la modificación de su efecto a través del conocimiento, conocerlo quiere decir saber que hacer con, sabérselas arreglar, manipularlo.

Por ej: el obsesivo que se esconde, la histérica que se muestra, acceden a ser-mirado sin buscar saber lo que es visto.
Es un sentirse mejor que no es sentirse bien sino un sentir placer y displacer allí donde antes no había nada: anestesia.

Lo que el sujeto sabe hacer con su imagen corresponde en algo a la manera en como se las arregla con el síntoma.
En cierto momento final de movilidad de la imagen especular se abre una vía nueva de reversión de la imagen.

¿Cómo se opera esta modificación de la imagen?

Al final del análisis se produce una despersonalización no en el sentido de un déficit sino del franqueamiento de un limite (algunas perturbaciones espacio-temporales sin valor diagnostico pueden acompañarlas de forma transitoria).
Los avatares de la historia, los acontecimientos que cristalizaron en puntos de gloria o de vergüenza se borran como portadores de significación de elevación o caída.
Los trazos del ideal del yo se neutralizan.
La despersonalización descompone así a la “estructura paranoica del yo” y de esta despersonalización nace una movilidad de la imagen especular.

¿Como es posible?

No por la autorización de una institución ni por el decreto voluntarista de un yo sino por el corte de la imagen especular que sirve de pivote.

Algunos conceptos importantes para entender la teoría lacaniana

Estructura: organización caracterizada por posiciones o lugares vacantes que pueden ser ocupados por distintos personajes.

Función matemática: relación entre dos variables, por lo tanto no se trata de valores fijos o lugares vacantes que se definen de por si, sino que cada uno es en función de otro, así por ej el padre es tal en relación al hijo y viceversa.

Tomando la noción de estructuras fundamentales de parentesco de Levi Strauss que codifican la alianza resultante del intercambio de mujeres, Lacan deduce que lo que circula en una estructura, es lo que va a determinar la posición del personaje. De esta forma de acuerdo a la posición en que una persona se encuentre tomara las funciones y propiedades de la misma.

Significante:
Es una traza material, una huella acústica, una imagen visual tal como la imagen de un sueño, un fonema, una palabra, un olor determinado que se diferencian de otras imágenes, fonemas, palabras, olores y por lo tanto se constituyen en significantes.
Por medio del significante algo queda inscrito en otro orden, en otro registro. Hay una distancia entre lo que se va a transcribir y el material que va a soportar la inscripción.
Otra propiedad del significante es que siempre puede ser tachado, anulado o destituido de su función o sea que podría estar presente o no (el significante aparece presente por contraste con una ausencia posible) por lo tanto siempre puede ser remplazado por otro significante.

Lo imaginario y lo simbólico
Un elemento pertenece a lo imaginario cuando es algo en si mismo y a lo simbólico cuando adquiere valor en relación a otros elementos, de modo que elemento en si no es simbólico o imaginario sino que depende del tipo de articulación en la que entre. Se podría pensar que en lo imaginario no existe ningún tipo de articulación, que esta seria privativa de lo simbólico, pero el problema no reside en articulado o no articulado sino el tipo de articulación.
Un ejemplo de lo imaginario es la fase especular donde si bien la imagen tiene un correlato opositivo que hace que el bebe se identifique con ella, él es esa imagen (la imagen esta en él).
El lenguaje es un ejemplo del orden simbólico, no solo porque los fonemas constituyen sistemas de oposiciones y se delimitan dentro del seno de los mismos sino porque además las palabras pueden ser sustituidas por otras palabras. Pero que el lenguaje sea un orden simbólico no quiere decir que siempre que en un sujeto aparezcan palabras nos encontramos en el orden simbólico. Tal como ocurre en el esquizofrénico que toma un refrán no en su sentido figurado sino literal quedando la palabra con un valor fijo que dice para el solo una significación coagulada.

Castración simbólica
El termino castración es utilizado en sentido metafórico, alude a una separación entre dos partes.
La castración simbólica designa en la teoría el corte, en la descripción de la estructura edípica caracteriza las distintas propiedades que adquieren los elementos a partir de ese corte.

Ley
Regulación que esta más allá del deseo o voluntad de un individuo.
El prototipo de la ley es la prohibición del incesto, es una ley de la cultura que regula los intercambios sexuales.

Falo
Si lo que determina la posición de los personajes es algo que circula en la estructura edípica lo que circula entre los miembros es el falo.

Lacan plantea dos definiciones de falo:
Como significante de una falta
Como significante del deseo

Falo a través del concepto de significante:
Las representaciones del falo pueden tener las características del orden imaginario o su representación puede estar articulada con otras representaciones como ocurre en el orden simbólico.
En el caso en que la representación del falo pertenezca al orden imaginario desde la subjetividad al aparecer como presencia produce la ilusión de que no falta nada, en este sentido el falo imaginario es el representante de la falta.

Yo ideal
Imagen de perfección narcisista, representa a un personaje dotado de atributos de perfección, completad, omnipotencia.

El complejo de Edipo:

En su teoría se plantea que la respuesta al estimulo esta dada no por el estimulo, sino por algo existente dentro del psiquismo del individuo, por tanto lo previo es lo significativo, es lo que pugna por salir.
En su primera conceptualización Freud llama complejo de Edipo a un conjunto de sentimientos y emociones que existen en el niño y se orienta en relación a sus padres. Lo biológico, lo previo es la condición de posibilidad para que actúe el campo adípico, pero no se trata de una sexualidad ya constituida sino que se organiza en la estructura edípica.
Este Edipo no es estructural en sentido riguroso sino estructurante ya que como consecuencia de estos deseos de tipo incestuosos y hostiles que entran en contradicción con la cultura son reprimidos y de esta forma contribuyen a la constitución del inconciente.
En un segundo momento Freud complejiza el Edipo planteando su salida con las identificaciones, con su identidad sexual como algo a asumir y con el superyo que surge como el remplazo de la investidura de objeto a partir de las identificaciones.
El sujeto se constituye entonces como tal a partir de de la situación edípica se constituye el superyo y su carácter.
En un tercer momento de la obra freudiana donde aparecen las diferencias del Edipo en la mujer, la castración ocupa un lugar central.
La identificación juega un papel central en la constitución de los mecanismos de defensa del sujeto ya que el Edipo aparece condicionando los mecanismos de defensa y no estos como algo que enfrenta el Edipo.

Desde la teoría lacaniana:
El complejo de Edipo en Lacan se plantea como la descripción de una estructura intersubjetiva.
En el estadio del espejo se plantea como el bebe entre 6 y 18 meses que siente su incoordinación motriz al ver su imagen en el espejo se identifica con ella creyendo ser completo. Esa imagen con la cual se identifica es su Yo.
Completa una falta produciendo la satisfacción narcisista al identificarse con el Yo ideal a través de cualquier atributo, cualquier rasgo que para la madre (para el deseo de la madre) se haya convertido en la máxima valoración.
Lacan plantea en este primer tiempo del Edipo que en la relación primordial con la madre ésta es:

◦ El Otro: ella dicta la ley del deseo del hijo, como ley omnipotente, no es que la represente sino que es la ley
◦ El otro: quien le proporciona la imagen especular, la imagen con la que se va a identificar y constituir su Yo.

Esta relación de la madre con el hijo esta dada no una dependencia vital sino por dependencia de amor, es decir por el deseo de su deseo.
En la madre hay una simbolización, ésta siente su incompletad, su propia castración, como faltándole algo: el falo. El hijo la hace sentir completa por lo tanto el falo.
La madre fálica, es aquella que no le falta nada, tiene el falo que la completa, el niño entonces es el falo de la madre.

Desde la perspectiva del niño él es el que la hace feliz, no sabe por que ya que no sabe de la castración simbólica de la madre.

En un segundo momento dentro de la fase fálica el padre interviene como privador de la madre en un doble sentido:
◦ priva al niño del objeto de su deseo
◦ priva a la madre del objeto fálico

El niño cree que el padre es el falo porque desde su subjetividad lo desplaza del deseo de la madre, o sea es lo que él no es y por lo tanto perfecto. Es una representación imaginaria en el sentido de que es algo en si mismo.

Con la castración simbólica el falo se instituye en la cultura como una entidad desde la cual todos quedan ubicados como castrados simbólicamente.
En este sentido la castración simbólica produce en el psiquismo la emergencia de la significación fálica (falo simbólico), como es algo que reemplaza a otra cosa y produce efectos de significación reúne los atributos que para Lacan entran en la caracterización del significante que en su teoría llama nombre del padre.
El nombre del padre es el significante que instaura el lugar de la ley dentro del código.
El concepto de significante de Lacan no refiere al registro de un sentido previamente existente sino que el significante es un creador de sentido en su combinación
En el tercer tiempo del Edipo producida por la castración fálica el hijo deja de ser el falo, tampoco lo es el padre ni la madre. El falo pasa a ser algo que se podrá tener o carecer de él pero que no se es, la ley pasa a una instancia en cuya representación un personaje puede actuar pero no lo será.
Entonces en el tercer tiempo del Edipo quedan instaurados la ley y el falo como instancias que están más allá de cualquier personaje.
El niño deja de estar identificado con el Yo ideal y se identificara con el Ideal del Yo.
El niño no se ubica en relación a la persona total de su padre como si fuera un Yo ideal sino con ciertos elementos significantes (rasgos) de los que el padre es soporte y la diferencia radica en una articulación que marca la diferencia de los sexos que por tanto constituye el Ideal del Yo.
El padre en el tercer tiempo del Edipo aparece como permisivo y donador, en el sentido que posibilita, otorga el derecho a la sexualidad y como consecuencia se produce la asunción de la identidad de ser sexuado.


Bibliografía

Bafico, J y otros. Introducción a la teoría lacaniana. Ed. Psicolibros, 2007.

Bleichmar, H. Introducción al estudio de las perversiones. Ed. Nueva Visión, Bs. As, 2006

Julien, P. El retorno a Freud de Jaques Lacan. Ed. Sitesa, México, 1993.

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